Análisis de los valores implícitos en la ronda" A la rueda-rueda..."



“A la rueda rueda
de pan y canela
dame un vintén
que me voy a la escuela.
Vino la maestra,
me dio un coscorrón
que viva la pipa
 del vino Carlón.”

         El juego de la ronda “A la rueda, rueda”, es parte de la literatura de tradición oral, de origen anónimo, que se ha transmitido de generación en generación, y que no desaparece, gracias a la memoria colectiva.
            Es verdad que el texto de la canción puede sufrir modificaciones según la propia dinámica de la cultura que la adopta, pudiendo incluir en su letra alusiones a innovaciones que remplazan aspectos culturales en desuso o extintos.
            Este juego se clasifica como juego de corro, o de ronda, éstos se caracterizan porque todos los participantes (por lo menos 3) ejecutan los mismos movimientos al compás de una canción. Es un juego tradicional que transmite aspectos culturales de comportamiento, que hace referencia a tareas cotidianas, normas o hábitos.
Por ejemplo un aspecto cultural, que obedece al momento histórico es la utilización del término “vintén”, para nombrar a la moneda con valor de 20 centésimos que se utilizaba antiguamente.
            También hace referencia al “coscorrón de la maestra”, lo que sería un golpe en la cabeza, como forma de disciplinamiento, hecho socialmente arraigado y aceptado en la época. Ese trato violento respondía a la lógica con la cual se establecían las relaciones vinculares con la infancia, entendiendo a los niños como pasibles de ser corregidos y disciplinados por medio del castigo físico. Seguro que éste correctivo, era aplicado cuando los niños corrían tras las pipas de vino Carlón, que solían llegar a los puertos desde Europa. Era conocido por ese nombre dado su origen, porque era proveniente de la población valenciano Benicarló.
             Evidentemente toma protagonismo dentro de la canción por ser un acontecimiento rutinario y habitual, ya que los toneles de vino tras su llegada al puerto eran trasladados rodando por las calles a la vista de todos, hecho que llamaría la tención de los pequeños.
            Con referencia a la canción, los niños de nuestro tiempo (seguro que también los de esa época), son cautivados por el ritmo de las palabras, que luego son reflejados en movimientos corporales. Y a pesar de que no puedan comprender totalmente el texto (por las alusiones a situaciones desconocidas para ellos), interactúan y se enfrentan al desafío de recrearla.
            Entiendo que es una canción que seguimos transmitiendo a las nuevas generaciones no con la misma intencionalidad, porque ciertos valores que podemos interpretar como presentes responden al contexto  histórico de la época, podríamos llegar a pensar que serían la responsabilidad de concurrir a la escuela y no estar en las calles jugando, haciendo una posible referencia a la deserción escolar y el  respeto que debía el niño hacia la autoridad de la maestra.
            Comprendo que actualmente, no es la adecuada si esos son los valores que deseamos que los niños internalicen, pero puede ser útil su transmisión para articular ciertos aprendizajes (como potenciar el desarrollo social, emocional, cognitivo, moral y del lenguaje del niño/a,) a través de lo lúdico, al contemplar lo físico, lo cultural y lo social.
            Así que es válido pensar que tiene un papel socializador, al transmitir valores y normas sociales, porque incluye otros niños y o adultos en interacción. Ese adulto o niño más experto del ámbito familiar o escolar deberá proporcionar seguridad y disponibilidad para querer participar del juego, cantar e instruir a los niños que desconocen el juego.
             Por tal motivo es una buena opción para trabajar valores como  la afectividad, el cariño y la amistad, porque posibilitan el aprender con los demás; el niño disfruta mucho del contacto con otros niños, el estar tomado de las manos le otorga confianza.
El respeto, la comunicación y la construcción colectiva, porque implica el trabajo en equipo, al acordar y cumplir con las pautas del juego.
Se puede trabajar con los valores de la participación, entusiasmo, y de la alegría, que le puede ocasionar el movimiento, el brincar libremente, que le posibilita ser espontáneo, sentirse feliz y sensibilizado ante la posibilidad de cantar, jugar y comunicarse en interacción con otros que lo disfrutan tanto como él.







Bibliografía:


-DTodo1Poco.(2006). Rueda-Rueda y Vino Carlón. Recuperado de: http://www.detodounpoco.com.uy/2006/12/rueda-rueda-y-vino-carlon.htm.


 

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