La Familia y sus Valores...: Análisis de los valores implícitos en el Arrorró

Arrorró mi niño, arrorró mi sol

arrorró pedazo de mi corazón.

Este niño lindo se quiere dormir

y el pícaro sueño no quiere venir.

Duérmase mi niño, duérmase mi sol

duérmase pedazo de mi corazón.

La canción de cuna es un fenómeno vincular, el encuentro entre la madre y su bebé.

Es una comunicación afectiva, hecha de sonidos…gestos y la utilización que hace uno del otro para expresarse. Cada momento que comparten es una transformación en conjunto de sus subjetividades que los une en experiencia y significación.

Ésta transmite un mensaje que combina lo personal y lo familiar con la expresión cultural del grupo al que pertenecen, que va modificándose de generación en generación de acuerdo a las pautas de cambio de la cultura.

Son cantadas para acunarlos y tranquilizarlos dulcemente, con letras sencillas que provocan en los pequeños una sensación de seguridad y amor, ayudándolos a conciliar el sueño.
La combinación del sonido y los silencios, constituye una protección que puede ser muy útil frente a situaciones traumáticas.

Se genera entre el lenguaje de la madre y el balbuceo del pequeño/a un idioma. Ella lo envuelve, protege y acaricia con su tono de voz.
Es importante ya que se le cuenta la historia de su familia, lo cultural, valores, ideales y las representaciones. Esto ayuda al niño/a, que pueda identificarse con sus padres, su historia, creando sentimientos y vínculos.

Recordando la historia infantil… la canción de cuna se vincula al folklore y a costumbres culturales. Éstas son transmitidas en forma oral de abuelos o padres generalmente. Adaptada y modificada según las realidades.

La canción tradicional y más conocida en nuestro país es el arrorró. Aunque también las madres inventan canciones con tonadas ya conocidas.

La madre posee y le transmite a su niño/a amor, protección, aceptación, alegría, armonía, conexión y seguridad haciendo que estos sean los primeros valores que él adquiera.

Ella se los manifiesta a través de su ternura, del buen trato, la comunicación y protección. Todos ellos hacen a la realización del niño/a.

La entonación de la madre en el arrorró tiene un cierto tono musical y espacios de silencio generando entre ellos una conexión única. Envolviéndolo con los movimientos, la mirada, el tono de voz, los silencios, la armonía y tranquilidad, ella le transmite seguridad, aceptación y protección.

En los primeros momentos con su bebé proyecta sus vivencias infantiles vinculadas con su historia familiar, sus identificaciones y afinidades con determinados valores familiares.

Comenzando a analizar la canción…El nombre “arrorró”, nos trae a la mente la unidad de madre-niño/a. Éste los prepara para dormir.

En esta canción se transmite uno de los valores más importantes “el amor”.

Su letra además de la repetición para la llegada del sueño, manifiesta la igualdad y apropiación que tiene la madre en torno a su bebé… como la parte en que dice “pedazo de mi corazón”. También el individualismo de ser todo de ella… cuando dice “mi sol”. Ella le transmite armonía, su amor y la felicidad de tenerlo.

En el arrorró la madre se da cuenta de la necesidad que tiene su niño/a, en el momento preciso y creando un espacio adecuado para la llegada así del sueño, como cuando menciona “este niño lindo se quiere dormir”.

Ésta puede crear el ambiente… abrazándolo contra su pecho, tratando de que él/ella se introduzca en el balanceo del cuerpo y el ritmo de la canción, para así eliminar el displacer y el llanto si fuera necesario.
Aquí le trasmite seguridad, estabilidad y protección.

Cuando “el pícaro sueño” se nombra aparece una separación entre ambos, al momento en que éste/a se duerme.

Los valores y las conductas siempre están relacionados. Ella en todo momento le transmitió a su bebé sus pensamientos e ideas, pero también así y no menos importante su comportamiento.