Análisis de los valores implícitos en "La Farolera".

Las familias cantan a sus hijos desde que nacen, las canciones de cuna son las primeras que escuchan, los primeros juegos se dan en el hogar familiar del bebe, involucra gestos, caricias, palabras, movimientos y canciones de cuna.
Con el paso del tiempo aparecen otras habilidades físicas y cognitivas que hacen que el niño ya sea capaz de jugar a las rondas infantiles.

“Las rondas infantiles son juegos colectivos de los niños que se trasmiten por tradición. Se cantan con rimas y haciendo rondas con movimientos. En su mayoría han sido originarias de España y se han extendido por Latinoamérica.”
                                                                                                              (Marta Esquenazi Pérez: 2009)

 Es en el hogar donde se dan los primeros juegos de rondas, al jugar con sus hijos a través de actividades lúdicas como son las rondas trasmiten conocimientos, valores, amor y ayudan a manejar las frustraciones de los niños y también comparten momentos de placer, estrechan lazos afectivos, se relacionan mejor y logran conocerse mutuamente cada vez mas.
El vínculo emocional en el juego familiar fortalece a que el niño logre madurez emocional, los aprendizajes se van a fijar más fácilmente. Las familias utilizan estas formas de juego como son las rondas infantiles como momento de recreación porque se entretienen todos y fluye la comunicación y también se potencian fortalezas y habilidades del niño, interactuar con sus hijos nutre la identidad y autoestima del pequeño.
Las rondas se trasmiten de padres a hijos, de abuelos a nietos, de generación en generación, trasmisión oral, cantándolas, repitiéndolas y aprendiéndolas.

 Es tradicional que las familias las enseñen estas canciones y juegos  porque se considera tradición, costumbre,  estas trasmiten valores y creencias propias de una sociedad, antiguamente muchas de las rondas infantiles tradicionales como es “La Farolera”


La Farolera tropezó 
y en la calle se cayó
y al pasar por un cuartel
se enamoró de un coronel.

Alcen la barrera
para que pase la Farolera
de la puerta al sol.
Subo la escalera y enciendo el farol.

A la media noche
me puse a contar
y todas las cuentas
me salieron mal.

Dos y dos son cuatro,
cuatro y dos son seis,
seis y dos son ocho
y ocho dieciséis,
y ocho veinticuatro,
y ocho treinta y dos.
Ánima bendita,
me arrodillo en vos.


Se cantaban en hogares donde valores y tradiciones se trasmiten de generación en generación y era para trasmitir contenidos sexistas, trasmitiendo una determinada forma de ser mujer o de ser varón en una sociedad, masajes y discursos como la que da esta ronda dejaban en la mente de los niños como deberían darse las relaciones entre géneros, el amor y el matrimonio.
Pero en la actualidad las familias pueden usar esta ronda como una manera de introducir a sus hijos en sus primeros encuentros con la matemática, usando la canción y el juego  “La Farolera” como método, estimulación para incorporar los primeros conceptos sumatorios.
Pero también el juego por parte de las familias con sus hijos utilizando esta ronda puede ser porque a los niños pequeños les agrada que se les cante y aún antes de entender el significado  o reflexionar sobre la misma.
La letra de la canción, es una parte de la canción, hasta determinada edad la letra no es del todo comprendida, se aprenden y se juegan a estas rondas, se cantan y se repiten sin pensar en ellas, solo el hecho de compartir con las familia, que todos tengan un momento de alegría, de que por sí ya es justificativo suficiente, sino que contribuyen a fortalecer destrezas, habilidades, actitudes y valores como son el compartir, la tolerancia, respeto, humildad, autoestima y felicidad en los niños y que son muy necesarios para el desarrollo integral del niño sobre todo en sus primeros 6 años de vida.

Estos mecanismos de trasmisión se las canciones tradicionales como lo eran de generación en generación donde afloran valores, sentimientos, maneras de ser y de actuar han sufrido en nuestros días profundas trasformaciones con la aparición de los medios de comunicación como es la radio, televisión, computadoras, tablet y celulares y el uso del internet.
Estas rondas y nanas que se les canta a los niños más pequeños en el ámbito familiar ya no tienen tanta difusión, ya que estos medios de comunicación presentan otras propuestas más llamativas e interesantes y cómodos para los padres, ya no necesita que la familia les cante a los niños o se lo presentan a los pequeños como forma de que se entretengan solos, sin intervención de los padres.
Se han perdido valores tradicionales como el compartir,  como por ejemplo compartir  un juego de ronda con los padres y hermanos ahora la tecnología ocupa ese lugar y son estos nuevos aparatos los que se encargan de compartir y enseñar  valores y sentimientos a  los niños. Muchas familias en la actualidad prefieren este método de trasmisión de creencias, valores para inculcar a sus niños maneras de ser y de actuar en una determinada sociedad.

Bibliografía:

Esquenazi Perez, Martha E.,2009. Editorial Gente Nueva, La Habana. Cancionerillo tradicional infantil.

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